Cuando una empresa se limita a “hacer lo mismo de siempre” en la forma de atender, responder o acompañar a sus clientes, corre el riesgo de volverse irrelevante. Un servicio que no evoluciona deja de sorprender y, tarde o temprano, se convierte en una opción más del montón.
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Explorar
En esta exploración entendemos cómo se relacionan los usuarios finales con el servicio, entendiendo que las personas utilizamos los mismos servicios de maneras diferentes. Nos ponemos en los zapatos del usuario final y levantamos información desde diferentes perspectivas.
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Idear
Con el aporte de todo el equipo y en espacios de co-creación, generamos ideas creativas y posibles soluciones o nuevos escenarios para el nuevo servicio. Todo lo desarrollamos desde la base de conocimiento previo y de los hallazgos o insights encontrados.
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Prototipar el MVP
Aquí es donde la idea deja de ser un post-it bonito y se convierte en algo que se puede tocar, probar o imaginar con claridad. Llevamos la idea al mundo real o tan real como sea posible, con un prototipo rápido, sencillo, funcional y de bajo costo. Entendiendo que se debe medir y que hay que comprobar con el modelo.
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Testear el MVP
Lanzamos el prototipo al ruedo… pero sin miedo, porque este es un espacio controlado para aprender. Validamos hipótesis, medimos reacciones reales y escuchamos lo que el usuario nos dice (y lo que no también). Usamos indicadores ajustados al desarrollo para saber si vamos por buen camino o si toca girar el volante antes de acelerar.
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Playbook
Cerramos con un plan claro, realista y con accionables específicos. Creamos un cronograma eficiente para que la innovación no se quede en el papel, incluyendo los cambios de rutina o procesos que implica ponerla en marcha.











